jueves, 26 de septiembre de 2013

Problema prototípico

Problema prototípico

Análisis de la práctica (lluvia de ideas):
v  Alumnos inconstantes en la entrega de trabajos.
v  Se da una baja comprensión de los contenidos de fondo.
v  Alumnos no consultan otros materiales.
v  Alumnos se inscriben pero no ingresan a la plataforma.
v  Una vez que se localiza al alumno, éste siempre argumenta falta de tiempo para comenzar con envíos.
v  Los alumnos sólo hacen la entrega “por cumplir”, no corrigen actividades posteriormente.
v  Existen problemas de calendarización de actividades (dejan trabajos para el final, en el límite de tiempo).

Listado de necesidades:
v  Concientizar al alumno de la importancia de entregar trabajos.
v  Diseñar requerimientos más explícitos y congruentes con la realidad en los trabajos.
v  Agregar textos diferentes en cada tema, que se involucren como prerrequisito para cumplir la actividad correspondiente; no dejarlos sólo a nivel de sugerencia.
v  Incentivar en el alumno, la búsqueda del cumplimiento del proceso completo de su formación, haciéndole ver que es un paso destacable el inscribirse, pero que es igual o más importante el continuar su trayecto académico. Podría ser que se ve la dificultad del cumplimiento global de la carrera, pero se le puede hacer ver que las metas se irán alcanzando, materia por materia y módulo por módulo.
v  Hacer de manifiesto que la entrega de evidencias o productos de trabajo, no debe ser sólo un requisito, sino una experiencia de aprendizaje (muchas veces la única que el alumno busca), por lo que los esfuerzos deben centrarse en la mayor calidad e importancia posibles.
v  Orientar al alumno para formar un cronograma propio de actividades, donde se le oriente en el compromiso parcial de cada día o semana, buscando en él y sus circunstancias,  la autodisciplina, compromiso y motivación.
v  Crear políticas de comunicación social, que busquen elevar la imagen de la universidad y sus alcances respecto a las expectativas de mejora personal y profesional.


Redacción de situación problemática:
Cuando inicia el semestre, se pide establecer un primer contacto con todos los participantes del grupo. Una vez que se envía ese primer correo, responde a él un bajo porcentaje de alumnos y es aún menor la cantidad que continúa interesada en el proceso durante el cuatrimestre. Cuando se establece la fecha de inicio de actividades, una alta cantidad de alumnos tarda en comenzar con las entregas.

Aquellos alumnos que son localizados posteriormente por primera ocasión, argumentan casi siempre que han tenido problemas laborales o técnicos con el equipo, pero que posteriormente se incorporarán.

Se ha logrado detectar, que los alumnos en diversas etapas de su ejecución en el cuatrimestre, presentan una actividad inconstante, entregando  sus trabajos de forma irregular, en ocasiones, sumamente desfasados de la fecha propuesta. Aunado a ello, no revisan a cabalidad los contenidos, incluso antes de leer  el material, comienzan a subir sus respuestas, teniendo errores muy básicos, como el hecho de no conocer la intención de las preguntas.

Esta baja participación en la plataforma, es evidenciada por la entrega inconstante de trabajos, errores continuos en productos, ausentismo de más de 7 días, baja calidad en las ejecuciones poco compromiso para cumplir con los tiempos establecidos.

Situación problemática relacionada a procesos y problemas:
Si bien la educación a distancia requiere sortear grandes retos, uno de ellos pareciera estar en el sentido de la “formalidad” del proceso. En una educación tradicional, el estar frente a frente implica que tanto el facilitador como los alumnos, tengan un contacto estrecho, formando cierto compromiso (quizá fundamentado en expectativas psicológicas que se van o no cumpliendo), que abonará a la constancia de los segundos.

De ahí podríamos partir para explicar un factor de la falta de interés de los alumnos pues, como es posible deducir, al no tener fechas estrictas para el cumplimiento de las entregas, se va presentando más laxa la necesidad de hacerlo de forma regular. Es constante entonces, la prórroga de tiempo que se da al final del cuatrimestre para las entregas anteriores, permitiendo así que los alumnos “se pongan al corriente”, aún cuando no hayan hecho ni una sola entrega. Es comprensible, entonces, que esta permisibilidad sea para reducir el índice de deserción o aumentar la cantidad de alumnos que terminan el cuatrimestre, pero se podría entonces plantear: en un sentido formativo, ¿esto realmente hace bien al proceso del educando?, ¿no existe otra forma de captar la atención del alumno, sin necesidad de ser inconstante en los lineamientos?

El anterior aspecto, se une directamente con las pocas fuentes de motivación, intrínseca o extrínseca, para dar como resultado que el alumno incumpla en tiempo y forma. Sin duda alguna, se puede hablar aquí de la necesidad de un análisis psicosocial del sujeto, para conocer sus intereses, capacidades, perfil, necesidades y, en general, de su proyecto de vida; cuestión que resultaría sumamente inoperante para el sistema educativo, sobre todo a distancia. Pero es aquí donde se podrían utilizar las fortalezas del plan de estudios (como el trabajo asincrónico y autodidacto), como un referente para las necesidades (la constancia y formalidad).

Surge entonces la necesidad, de ajustar los contenidos de la plataforma y la dinámica de trabajo, a fin de lograr captar mayor atención de los alumnos, ofrecer estrategias de motivación y “formalizar” los procesos, recuperando la capacidad de respuesta del alumno, ante la oportunidad de formación que tiene actualmente. En comunión con este trabajo para la respuesta interna del sujeto, se puede establecer una política cultural y de comunicación social que “dé valor” a la modalidad de aprendizaje y sus alcances.

Prioridad entre los problemas:
La prioridad más alta entre los problemas, sería incentivar la motivación en los alumnos, con lo cual, el resto de las actividades podrían exigirse de forma constante y consistente con los criterios, contando siempre con el interés de los alumnos.


El problema central:
Incentivar la motivación extrínseca e intrínseca en los alumnos.

Contextualización del problema:
La complejidad del problema inicia con este punto, pues el surgimiento de éste se genera tanto al interior de la persona (con todas las variantes que esto conlleva), como en la cultura y la relevancia de la propia institución educativa. Se habla pues de factores intrínsecos al sujeto (habilidades, capacidades, intereses, proyecto de vida, etc.), así como de factores extrínsecos (su familia, sus amigos, sus requerimientos laborales y económicos, hasta la propia cultura).

Para seguir con la identificación de las condiciones que inciden en el problema, tenemos además las propias condiciones del modelo educativo, el cual, al ser a distancia y en línea, implica ofrecer a los estudiantes beneficios diversos en flexibilidad, mismos que pueden redundar en la perdida de interés de éstos.


Núcleo del problema:

La división de las líneas de problemas puede hacerse de la siguiente forma: académica, docente, administrativa y discente. Es en ésta última, donde podría suponerse la localiza del nodo del problema, mismo que puede definirse en términos de las actividades que realizan o no los alumnos; sin embargo, en la realidad pueden incorporarse estrategias de las otras tres líneas, que permitan el desarrollo adecuado de los discentes.


Mapa topográfico del problema:


Descripción del problema:

Tal como se había descrito, existen una serie de factores adyacentes al comportamiento del alumno en el aula virtual. Entre los más importantes encontramos: la entrega inconstante de trabajos, errores continuos en productos, ausentismo de más de 7 días, baja calidad en las ejecuciones poco compromiso para cumplir con los tiempos establecidos.

Todos estos puntos son el panorama actual del trabajo en el contexto virtual, pero además, los principales obstáculos para lograr que el discente adquiera las competencias requeridas. Se tiene entonces, una mayor preocupación por “continuar en el sistema”, que por lograr una verdadera formación profesional.

El nodo del problema se localiza en el alumno, pero no puede decirse que sólo éste debe intervenir en la solución, pues de considerarlo así, se obtendría el mismo resultado que se ha tenido “baja participación”. Si bien es cierto que estudiante trabaja mejor al estar motivado, también lo es que no todas las personas se motivan igual. Por lo que las autoridades, personal administrativo y docente, deben trabajar en conjunto, buscando soluciones en todos los sistemas en que se desarrolla el educando, macro y micro, buscando los factores extrínsecos e intrínsecos necesarios.

Se puede partir del hecho de que, una educación universitaria, no resolverá todos los problemas, incluso no garantiza tener un trabajo, pero sí ofrece oportunidades que, de no tenerla, serían inaccesibles. También es de considerarse que, éste mero factor, no es un argumento global, sino que representa la punta de lanza para circunscribir la intervención a los factores personales.

Los beneficios que se obtendrían de lograr este resultado en los alumnos, serían visibles en una mayor cantidad de aristas que las representadas por estos planteamientos. Desde el hecho de la posibilidad de que personas con recursos limitados (económicos, de tiempo, etc.), puedan obtener un espacio útil y viable de educación, hasta la efectividad de los recursos ya invertidos para apoyar a este sector de la población.

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