Problema prototípico
Análisis de la práctica (lluvia de ideas):
v Alumnos
inconstantes en la entrega de trabajos.
v Se
da una baja comprensión de los contenidos de fondo.
v Alumnos
no consultan otros materiales.
v Alumnos
se inscriben pero no ingresan a la plataforma.
v Una
vez que se localiza al alumno, éste siempre argumenta falta de tiempo para
comenzar con envíos.
v Los
alumnos sólo hacen la entrega “por cumplir”, no corrigen actividades
posteriormente.
v Existen
problemas de calendarización de actividades (dejan trabajos para el final, en
el límite de tiempo).
Listado de necesidades:
v Concientizar
al alumno de la importancia de entregar trabajos.
v Diseñar
requerimientos más explícitos y congruentes con la realidad en los trabajos.
v Agregar
textos diferentes en cada tema, que se involucren como prerrequisito para
cumplir la actividad correspondiente; no dejarlos sólo a nivel de sugerencia.
v Incentivar
en el alumno, la búsqueda del cumplimiento del proceso completo de su
formación, haciéndole ver que es un paso destacable el inscribirse, pero que es
igual o más importante el continuar su trayecto académico. Podría ser que se ve
la dificultad del cumplimiento global de la carrera, pero se le puede hacer ver
que las metas se irán alcanzando, materia por materia y módulo por módulo.
v Hacer
de manifiesto que la entrega de evidencias o productos de trabajo, no debe ser
sólo un requisito, sino una experiencia de aprendizaje (muchas veces la única
que el alumno busca), por lo que los esfuerzos deben centrarse en la mayor
calidad e importancia posibles.
v Orientar
al alumno para formar un cronograma propio de actividades, donde se le oriente
en el compromiso parcial de cada día o semana, buscando en él y sus
circunstancias, la autodisciplina,
compromiso y motivación.
v Crear
políticas de comunicación social, que busquen elevar la imagen de la
universidad y sus alcances respecto a las expectativas de mejora personal y
profesional.
Redacción de situación problemática:
Cuando inicia el semestre, se
pide establecer un primer contacto con todos los participantes del grupo. Una
vez que se envía ese primer correo, responde a él un bajo porcentaje de alumnos
y es aún menor la cantidad que continúa interesada en el proceso durante el
cuatrimestre. Cuando se establece la fecha de inicio de actividades, una alta
cantidad de alumnos tarda en comenzar con las entregas.
Aquellos alumnos que son
localizados posteriormente por primera ocasión, argumentan casi siempre que han
tenido problemas laborales o técnicos con el equipo, pero que posteriormente se
incorporarán.
Se ha logrado detectar, que
los alumnos en diversas etapas de su ejecución en el cuatrimestre, presentan
una actividad inconstante, entregando
sus trabajos de forma irregular, en ocasiones, sumamente desfasados de
la fecha propuesta. Aunado a ello, no revisan a cabalidad los contenidos,
incluso antes de leer el material,
comienzan a subir sus respuestas, teniendo errores muy básicos, como el hecho
de no conocer la intención de las preguntas.
Esta baja participación en la
plataforma, es evidenciada por la entrega inconstante de trabajos, errores
continuos en productos, ausentismo de más de 7 días, baja calidad en las
ejecuciones poco compromiso para cumplir con los tiempos establecidos.
Situación problemática relacionada a procesos y problemas:
Si bien la educación a
distancia requiere sortear grandes retos, uno de ellos pareciera estar en el
sentido de la “formalidad” del proceso. En una educación tradicional, el estar
frente a frente implica que tanto el facilitador como los alumnos, tengan un
contacto estrecho, formando cierto compromiso (quizá fundamentado en
expectativas psicológicas que se van o no cumpliendo), que abonará a la
constancia de los segundos.
De ahí podríamos partir para
explicar un factor de la falta de interés de los alumnos pues, como es posible
deducir, al no tener fechas estrictas para el cumplimiento de las entregas, se
va presentando más laxa la necesidad de hacerlo de forma regular. Es constante
entonces, la prórroga de tiempo que se da al final del cuatrimestre para las
entregas anteriores, permitiendo así que los alumnos “se pongan al corriente”,
aún cuando no hayan hecho ni una sola entrega. Es comprensible, entonces, que
esta permisibilidad sea para reducir el índice de deserción o aumentar la
cantidad de alumnos que terminan el cuatrimestre, pero se podría entonces
plantear: en un sentido formativo, ¿esto realmente hace bien al proceso del
educando?, ¿no existe otra forma de captar la atención del alumno, sin
necesidad de ser inconstante en los lineamientos?
El anterior aspecto, se une
directamente con las pocas fuentes de motivación, intrínseca o extrínseca, para
dar como resultado que el alumno incumpla en tiempo y forma. Sin duda alguna,
se puede hablar aquí de la necesidad de un análisis psicosocial del sujeto,
para conocer sus intereses, capacidades, perfil, necesidades y, en general, de
su proyecto de vida; cuestión que resultaría sumamente inoperante para el
sistema educativo, sobre todo a distancia. Pero es aquí donde se podrían
utilizar las fortalezas del plan de estudios (como el trabajo asincrónico y
autodidacto), como un referente para las necesidades (la constancia y
formalidad).
Surge entonces la necesidad,
de ajustar los contenidos de la plataforma y la dinámica de trabajo, a fin de
lograr captar mayor atención de los alumnos, ofrecer estrategias de motivación
y “formalizar” los procesos, recuperando la capacidad de respuesta del alumno,
ante la oportunidad de formación que tiene actualmente. En comunión con este
trabajo para la respuesta interna del sujeto, se puede establecer una política
cultural y de comunicación social que “dé valor” a la modalidad de aprendizaje
y sus alcances.
Prioridad entre los problemas:
La prioridad más alta entre
los problemas, sería incentivar la motivación en los alumnos, con lo cual, el
resto de las actividades podrían exigirse de forma constante y consistente con
los criterios, contando siempre con el interés de los alumnos.
El problema central:
Incentivar la motivación
extrínseca e intrínseca en los alumnos.
Contextualización del problema:
La complejidad del problema
inicia con este punto, pues el surgimiento de éste se genera tanto al interior
de la persona (con todas las variantes que esto conlleva), como en la cultura y
la relevancia de la propia institución educativa. Se habla pues de factores
intrínsecos al sujeto (habilidades, capacidades, intereses, proyecto de vida,
etc.), así como de factores extrínsecos (su familia, sus amigos, sus
requerimientos laborales y económicos, hasta la propia cultura).
Para seguir con la
identificación de las condiciones que inciden en el problema, tenemos además
las propias condiciones del modelo educativo, el cual, al ser a distancia y en
línea, implica ofrecer a los estudiantes beneficios diversos en flexibilidad,
mismos que pueden redundar en la perdida de interés de éstos.
Núcleo del problema:
La división de las líneas de
problemas puede hacerse de la siguiente forma: académica, docente,
administrativa y discente. Es en ésta última, donde podría suponerse la
localiza del nodo del problema, mismo que puede definirse en términos de las
actividades que realizan o no los alumnos; sin embargo, en la realidad pueden
incorporarse estrategias de las otras tres líneas, que permitan el desarrollo
adecuado de los discentes.
Mapa topográfico del problema:
Descripción del problema:
Tal como se había descrito,
existen una serie de factores adyacentes al comportamiento del alumno en el
aula virtual. Entre los más importantes encontramos: la entrega inconstante de
trabajos, errores continuos en productos, ausentismo de más de 7 días, baja
calidad en las ejecuciones poco compromiso para cumplir con los tiempos
establecidos.
Todos estos puntos son el
panorama actual del trabajo en el contexto virtual, pero además, los
principales obstáculos para lograr que el discente adquiera las competencias
requeridas. Se tiene entonces, una mayor preocupación por “continuar en el
sistema”, que por lograr una verdadera formación profesional.
El nodo del problema se
localiza en el alumno, pero no puede decirse que sólo éste debe intervenir en
la solución, pues de considerarlo así, se obtendría el mismo resultado que se
ha tenido “baja participación”. Si bien es cierto que estudiante trabaja mejor
al estar motivado, también lo es que no todas las personas se motivan igual. Por
lo que las autoridades, personal administrativo y docente, deben trabajar en
conjunto, buscando soluciones en todos los sistemas en que se desarrolla el
educando, macro y micro, buscando los factores extrínsecos e intrínsecos
necesarios.
Se puede partir del hecho de
que, una educación universitaria, no resolverá todos los problemas, incluso no
garantiza tener un trabajo, pero sí ofrece oportunidades que, de no tenerla,
serían inaccesibles. También es de considerarse que, éste mero factor, no es un
argumento global, sino que representa la punta de lanza para circunscribir la
intervención a los factores personales.
Los beneficios que se
obtendrían de lograr este resultado en los alumnos, serían visibles en una
mayor cantidad de aristas que las representadas por estos planteamientos. Desde
el hecho de la posibilidad de que personas con recursos limitados (económicos,
de tiempo, etc.), puedan obtener un espacio útil y viable de educación, hasta
la efectividad de los recursos ya invertidos para apoyar a este sector de la
población.
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